Ya no lo soporto, te juro que no lo soporto más.
te extraño tanto,
maldición este sentimiento,
odio sentir que eres parte de mí ahora,
y que de la forma más desconocida
te he perdido,
en la inmensidad del tiempo y le espacio
que desgracidamente nos envuelven.

Te extraño,
amor mío,
como la luna extraña tus miradas
en una noche nublada.
Extraño las noches es las que finjías llegar por
la ventana, y cantarme en rojo.
Extraño tus invisibles manos arropandome debajo las cobijas,
por el intermitente frío otoñal, que sólo lograba unirnos más.
Es tan estúpida esta idea,
pero sigue dentro de mí, como gran luna de octubre,
y es así, como culpo a este estúpido octubre
por apartarme de ti.
Y al maldito mediterráneo, porque es tan corto
que no te puedo añcanzar.
Espero que no demores más,
que leas esto y te arrojes a mis brazos
como lo haré cuando te vea una vez más.

Jukka

Claros, lirios de espuma

no son suficientes

para salvarme de ti.

Claros, ecos de luz

que enceguecen a mis deseos

ya perdidos.

Sótanos, inquietantes manos

que hoy a mi cuerpo seducen.

Sombras, vigilantes sonámbulos

que me guían.

Entre tantas luces y sombras

es tu voz, el encuentro.

Deseo

Si los lirios retozan en tu desnuda y pálida espalda,

entonces en tu espiga retoña mi deseo.

Ese mismo deseo que palpita en tu boca,

brujería que esconde tu cuerpo,

tú, mi erótico loco,

tú, mi más grande pecado lujurioso.

y que esta noche se entrelacen

los cuerpos más porosos.

Ésta noche el coral crecerá por tu magia,

fantasma de pasión,

dulce anfetamina perdida.

Si el azul de tus ojos me ahoga,

entonces la lujuria crece entre tus besos.

¿Qué ha pasado?

Simple respuesta, no era amor,

tal vez las mentiras, me hagan más fuerte,

pero el tiempo que vive en mi, hata mis manos

y pide que sólo mis hemisferios continúen el viaje.

Ahora que no puedo sentir ni tocar,

ni llorar por las espinas,

puedo aprovechar

el dulce tiempo

de un sueño

podrido.

Quiereme Mucho

Quiereme Mucho

Quiero bailar, quiero sentirme hermosa
Quiero cantar, ver el amanecer
Quiero sentir sólo tu dulce boca
Y bailar, quiero sentirme bien

Quiero bailar, quiero sentir el cielo
Quiero volar, ver el amanecer
Quiero vivir, solo el dulce momento
Y bailar, quiero sentirme bien

Y quiero, quiero
Sentir el calor que tu boca despide
En cada oración que dices
Y quiero ser el corazón que tu buscas

Quiero bailar, quiero sentir tu cuerpo
Y bailar, quiero sentirme bien

Y quiero, quiero
Sentir el calor que tu boca despide
En cada oración que dices
Y quiero ser el corazón que tu buscas

Quiero bailar, ser suave movimiento
Y gozar, quiero sentirme bien
Quiero sentirme bien
Quiero sentirme...
Uuu- uuu- uuuuh!

Mi reflejo

Agridulce y seductor mar de estrellas,
que habita en el seno de tu belleza;
sos el placer de la existencia.

Nada más que tus ojos
para gobernar Mogador;
y tu piel secreta y nocturna,
como el amor de mis labios.

Sos el reflejo de una pasión,
el diario de eternos pensamientos
cálidos y helados,
respirantes sólo para ti.

El espejo

Aunque mi poesía no se compadezca de mi,
existe el espejo donde te reflejas cada noche
donde mis sollozos de melancolía,
se convierten en plegarias
para obtener un beso imaginario del espejo.

Ya no hay más en este valle,
que el reflejo de los recuerdos,
las huellas se aferran a los abetos
para obtener de ellos la fuerza
de seguir marcando el camino
hacia tus ojos.

No está muerto, canta el colibrí;
duerme la siesta,
para despertar cuando llegues
y la calama no se borre
mientras aparece
la cálida luna.